15 abril, 2011

Nos faltaron dos palabras y sabernos perdonar,que fácil

hubiera sido decir
: lo siento!


Pero nos sobraba 
el orgullo 
nos faltaba humildad.

Y cuesta tanto esfuerzo



ser el primero en hablar,


que cuando
 uno se atreve 
ya es tarde.

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